LA FRASE:

"Tenemos diferencias conceptuales entre los gobiernos de la región, pero todos buscamos el mismo objetivo: mejorar el bienestar de nuestra gente. Debemos buscar los denominadores comunes entre nosotros y así multiplicaremos la relevancia de América Latina en el mundo".

Presidente de Colombia, Juan Manuel Santos

martes, 5 de enero de 2010

LOS DESECHOS DEL MODELO NEOLIBERAL

Muchos han recibido con toda la parafernalia y con buena vibra el “nuevo año”, otros la acogieron reconfortados porque a lo mejor se fue un año no tan grato y vislumbran una nueva oportunidad de lograr los anhelos postergados en el 2010; y muchos otros pasaron, entre el año que se fue y el que vino, zombis en medio de una incertidumbre total por el futuro incierto y la inestabilidad laboral en la que se encuentran, llegando a engrosar el cúmulo de los desempleados, los excluidos, los “excedentes humanos”.

El sociólogo polaco Zigmun Bauman, argumenta que …”una de las consecuencias del neoliberalismo y de la modernidad es haber generado personas excedentes, no queridas, desempleados; de hecho fuera de lugar. Hay una obsesión compulsiva por la construcción del orden social, en el que cada cual tiene su lugar asignado”. (“El Viejo Topo” 2003).

La crisis económica internacional nos ha mostrado el verdadero rostro depredador del modelo neoliberal, pues el nivel de desempleo a nivel mundial, a raíz de la crisis, genero consecuencias devastadoras principalmente en los sectores más desposeídos. Nuestro país no fue la excepción, por la dependencia del modelo y sus consecuencias, los ingresos de los trabajadores se deprimieron, se desregularon los mercados, se empobreció la calidad de educación y acceso a la salud, aumentando la desigualdad, y se elimino la estabilidad y los derechos laboral; vale decir, el libre mercado ahora promueve la política del “cholo barato” que reduce el mercado interno, frena la capacitación y desincentiva el avance tecnológico. Sin embargo nos ha mostrado también que no hay sistema económico infalible, pues para reactivar la economía, y salvar la catástrofe, se tuvo que recurrir al Estado, lo cual demuestra que su regulación en el mercado es inevitable e insoslayable.

Cuando hablamos de desempleo, nos estamos refiriendo a un matiz de provisionalidad, de gente que esta preparada y que en cualquier momento puede emplearse; empero, ¿cuántos “desempleados” están en condiciones de poder emplearse en cualquier momento?, ¿llegará ese momento? Al respecto Z. Bauman enfatiza crudamente que no deberíamos hablar de “desempleo”, sino de “desechos humanos”, porque es gente que no está en condiciones de emplearse por su poca o nula preparación, es gente considerada superflua, excluida, fuera de juego del sistema, verdaderos excedentes humanos; basta ver para ello el hacinamiento en las cárceles y el alto índice de delincuencia en nuestro país. Ese es el progreso económico imperante que genera gente no funcional desde el punto de vista productivo, cuanto menos trabajadores empleados, más eficiente es la economía, “salvo el dinero, todo es ilusión”.

Es evidente que para ser empleable, es necesario tener las capacidades y competencias actualizadas, y por ello es inconcebible que por ejemplo en la provincia de Paruro no haya una sola institución de educación superior tecnológica o técnico productiva; si la política “es el arte de hacer posible lo necesario” como dice Martín Tanaka, es hora de hacer posible lo urgente proporcionando igualdad de oportunidades para todos y todas.

Por DANTE (AMH)

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