LA FRASE:

"Tenemos diferencias conceptuales entre los gobiernos de la región, pero todos buscamos el mismo objetivo: mejorar el bienestar de nuestra gente. Debemos buscar los denominadores comunes entre nosotros y así multiplicaremos la relevancia de América Latina en el mundo".

Presidente de Colombia, Juan Manuel Santos

martes, 15 de junio de 2010

DESARROLLO INSOSTENIBLE EN LA AMAZONIA
Artículo publicado en El Diario del Cusco, martes 08 de junio de 2010.
Un año después del trágico desenlace de la prologada huelga amazónica en Bagua, y tras las recientes protestas sociales en la Convención, por el tema del gas, e Inambari, por el rechazo a la construcción de una mega represa; nos obliga a reflexionar sobre el modelo de desarrollo que pretende implantar el Estado en la amazonia.
Es sabido que nuestra riqueza natural en la amazonía, ahora que nuestro planeta se derrite por tanta contaminación ambiental, es y será una importante reserva natural para contrarrestar el efecto invernadero. Pero también es sabido que el actual gobierno pretende continuar con su política famélica de crecimiento, esta vez, entregando la amazonia al interés extranjero sin importar el impacto social.
Haciendo algo de memoria. A mediados de los 80’ en la selva cusqueña de La Convención se encontró ingentes reservas de gas; entonces, se indico que teníamos gas para unos 300 años, sin tener en cuenta que se hizo una aproximación en función al nivel de consumo que sólo se tenía en Talara, lo cual evidentemente no era representativa a nivel nacional. Posteriormente, Camisea cierra contratos en el 2000 e inicia sus operaciones en el 2004 con la condición de que se aseguraba el abastecimiento a Perú, sobre todo para la zona sur; para ello el 2009 el gobierno se comprometió a construir el gaseoducto sur andino que permitiría abastecer de gas a Cusco, Puno, Arequipa y Moquegua, aún sin habernos asegurado cuánto tiempo; sin embargo, hasta ahora nada de nada ¿continuamos creyéndoles a los embaucadores?
Respecto a Inambari, el 2008, el Estado presentó información sobre su potencial eléctrico exportable al Brasil, ese mismo año ambos países firmaron el Convenio de Integración Energética con el fin de impulsar proyectos hidroeléctricos para la exportación de energía de Perú a Brasil; bajo este amparo nace el mega proyecto Inambari, que consistiría en construir una represa, entre Madre de Dios, Puno y Cusco, para generar electricidad, ésta represa inundaría 25,588 hectáreas de cultivos y bosques (incluido tramos de la vía interoceánica) y desplazaría 65 centros poblados.
Indudablemente las empresas transnacionales no vienen a hacer obra social, mientras menos intervención de las comunidades indígenas y del Estado, mejor será el negocio para ellos, respaldados por los políticos demagogos de turno que son sus principales defensores y lobbistas; Alan García, para quien los indígenas son ciudadanos de segunda categoría, ya pregonaba esta artimaña en su tristemente celebre artículo publicado el 2007 “El Perro del Hortelano”. Esta claro que ésta visión de “desarrollo” de la amazonia peruana es insostenible porque no respeta la idiosincrasia, cultura y libre determinación de los pueblos aborígenes a elegir su propia concepción de desarrollo en armonía con su medio ambiente.

Por DANTE (AMH)

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