LA FRASE:

"Tenemos diferencias conceptuales entre los gobiernos de la región, pero todos buscamos el mismo objetivo: mejorar el bienestar de nuestra gente. Debemos buscar los denominadores comunes entre nosotros y así multiplicaremos la relevancia de América Latina en el mundo".

Presidente de Colombia, Juan Manuel Santos

martes, 7 de diciembre de 2010

REORIENTANDO LA HISTORIA ECONOMICA MUNDIAL

Por Alfonso Mendoza Huamán*

 Definitivamente la historia es un proceso motivado por fuerzas humanas en el afán de conocer y explicar los fenómenos y los cambios trascendentales desde los albores de la humanidad que nos permita entender la realidad actual. Sin embargo, esos cambios y fenómenos, que de hecho existieron, no siempre han sido abordados, elaborados y difundidos bajo una concepción realista y ética; es decir, la historia en muchos casos ha sido abordado paramétricamente a fin de que sean un instrumento de persuasión política e ideológica para legitimar el poder de una país, región, imperio, etc. En esas mutaciones históricas, para bien o para mal, contribuyeron una pléyade de intelectuales a nivel mundial con diferentes grados de Influencia para entender, lo que en esta ocasión me planteo abordar, “La Historia Económica Mundial”.
Uno de esos intelectuales trascendentales con influencia determinante en el globo terráqueo es el conspicuo economista y sociólogo alemán André Gunder Frank, quien mediante su obra apologética “RE-ORIENTAR: La economía global en la era del predominio asiático” proporciona con una visión heterodoxa “fundamentos para edificar una historia económica mundial de la Edad Moderna desde una perspectiva y una comprensión más humanocentrica de la sociedad”[1]. Obra y aporte intelectual que deseo comentar de manera sucinta lo que he considerado más relevante.
 
ESPEJISMOS EN LA CONCEPCIÓN DE LA REALIDAD
De inicio, la tesis que nos plantea Gunder Frank es “rebatir los paradigmas eurocéntricos heredados contraponiéndoles un paradigma global más humanocentrico”[2]. Pues sí, cuasi de manera universal están sentadas, oleadas y sacramentadas que, las concepciones del conocimiento y la historia moderna y contemporánea proviene de los europeos; creyéndose que Europa y Occidente fueron y son el centro del mundo, la cuna del “desarrollo”, la cultura, la innovación y todo aquello que se ha venido a llamar modernidad. Es de amplia aceptación esta teoría eurocéntrica y se ha rebatido muy poco al respecto; no quepa la incógnita, es herejía pensar que las cosas puede que hayan sido de otra manera y que haya habido sistemas económicos predominantes antes de ese “milagro económico” del siglo XIX del que tanto nos hablan. Esta concepción teórica amorfa incluso ha sido abrazada por intelectuales muy influyentes de su época hasta la contemporánea como: Carlos Marx, Adam Smith, David Hume, Weber, Durkeim y otros ¿casualidad, equivocación o premeditación colectiva para tergiversar la realidad?. Pues todos ellos y demás intelectuales reputados conciben como hechos históricos y trascendentales en la historia universal de la humanidad el descubrimiento de América y el paso a las Indias Orientales por el Cabo de Buena Esperanza, tanto es así que la gran mayoría de historiadores registran que hacia 1500 comenzó la formación del Primer Orden Económico Mundial ¿Espejismo o realidad?

¿Cómo concebir entonces el auge de la economía oriental en Song, China y el largo periodo de expansión a inicios del siglo XV en el este y sudeste de Asia, que influyó en el sur y oeste, posteriormente se articuló con el comercio africano y europeo? Es una clara muestra de que simplemente no han querido o no se quiere incluir en la historia de la economía internacional a esta parte del mundo. ¿Debemos pensar como Marx y llamarlo simple “despotismo oriental” y considerar que Asia estaba más atrasado que Europa? Frente a esta disyuntiva, las expresiones del economista y político argentino Aldo Ferrer son categóricas cuando menciona que “el conocimiento acumulado, a lo largo de los siglos, por los sabios y tecnólogos chinos, árabes, persas e indios fue transferido sin regalías ni patentes a los pueblos cristianos de Europa. Esta trasferencia fue una de las bases fundacionales del Renacimiento. Desde entonces, la ciencia y la tecnología europeas dejaron de ser tributarias de las otras civilizaciones e iniciaron un despegue autónomo”[3].

Lo que a mi entender sí está claro es que el “descubrimiento” de América en 1492 y el paso a las Indias Orientales en 1498 fueron acontecimientos trascendentales sí, pero sobre todo para los europeos, pues el botín de oro y plata que habían despojado de América los colonizadores posteriormente, sobre todo entre los siglo XVI y XIX, fueron determinantes para el despegue europeo, pues principalmente la plata “se movió alrededor del mundo en una dirección predominante hacia el este cruzado del atlántico, pasando por Europa, cruzando el Océano Indico y hacia el oeste cruzando por el Pacifico desde América y Japón”[4]; es así que, estos ingentes recursos saqueados se constituyeron en la palanca del proceso de innovación tecnológica e industrialización para Europa y occidente durante el siglo XIX y XX. A todo esto, también considero importante resaltar que los europeos antes del siglo XVI ya pretendían insertarse en la economía oriental mediante algunas cruzadas y que ese anhelo les obliga a buscar otros horizontes, era evidente que no querían quedarse relegados a nivel mundial ni muchos menos, y es ahí cuando se topan con “las indias” de América; eso nos lleva a razonar que los europeos sabían que había una economía comercial importante en el oriente en la cual querían insertarse sí o sí y vaya que lo consiguieron a inicios del siglo XIX, tres siglos demoraron o más bien prepararon su arremetida.  

TRES SIGLOS DE ESPERA PARA EL DESPEGUE
En definitiva, la estrategia de todo por la nada es lo que hizo Europa entre los siglos 1500 y 1800. El oro y la plata a partir del siglo XVI es determinante para entender estos cambios estructurales, es en esta época cuando la política de los estados nacionales europeos comenzó a ser política económica orientadas a proteger el mercado interno, promover la actividad empresarial y respaldar con la fuerza  y la industria naval la conquista de nuevos mercados; y claramente la visión fue: dada las circunstancias de la bonanza del oro y la plata, fijar la mirada en el oriente asiático. El dinero proveniente de América fue decisivo en esta época para la expansión productiva en la economía mundial y la innovación tecnológica para enfrentar todo este proceso.

Gunder Frank hace entrever que entre 1400 y 1800 se manifiesta un auge económico importante en Asia, propiamente en la India, el Sur Este Asiático y China; evidentemente, en el transcurso de estos años se presentan crisis temporales que no necesariamente lo concebían como sinónimo de ruina o catástrofe, sino todo lo contrario, oportunidad de renovarse para seguir creciendo. Aun así, es propiamente el año de 1757 cuando se inicia la inflexión en India, que fue la primera economía asiática en sucumbir ante la economía europea y occidental, principalmente porque los europeos estaban haciendo una competencia con mano de obra esclava proveniente de América en la explotación de productos estratégicos como: el algodón, el café y azúcar; que junto a la inyección de plata por doquier en el mercado asiático la hicieron declinar. Esta situación de crisis fue aprovechada por los europeos y acometieron por todos los flancos: en el aspecto ideológico, político y económico; a fin de lograr el ansiado protagonismo mundial hasta que lo lograron. Tres siglos demoraron para desplazar a la economía asiática y el último en sucumbir fue China por similar situación de economía asfixiante y política colonizadora.  ¿Si era tan débil supuestamente esa economía asiática, cómo es que demoraron tanto los europeos y occidentales para desplazarla? Los argumentos que plantea Gunder Frank son contundentes al momento de hacer un análisis sobre esta interrogante; entonces, sí existía sistema y economía mundiales antes que Europa y Occidente emergieran, para que posteriormente Francia y Gran Bretaña lograran ser las dos potencias atlánticas que fueron en el escenario europeo internacional entre el siglo XIX e inicios del XX.

VISIBILIZANDO MÁS ALLA DEL EUROCENTRISMO
Es en este contexto, de salto cualitativo en la economía, política e ideología, que surgen toda esta andanada de intelectuales, que ya se mencionó líneas arriba, con la “revolución del conocimiento” científico de ideas sobre la sociedad y el hombre que se ha venido a llamar “revolución industrial”; esta parte última es la historia que mayormente casi todos hemos conocido por nuestra imposibilidad de visibilizar más allá de nuestro eurocentrismo. “Por mucho que la  “inversión” europea y el “triángulo” atlántico puedan haber contribuido a la participación europea en la acumulación mundial, desde una perspectiva económica mundial la contribución de Asia fue todavía mayor. Eso fue así al menos por dos razones: Para comenzar y todavía a través de este período moderno inicial hasta al menos 1800, la productividad, la producción, y la acumulación fue mayor en Asia que en otras partes del mundo. Incluso era mayor en cualquiera de las dos o más partes “regionales” de Asia que en ninguna otra “región” del mundo”[5].

A manera de conclusión, Gunder Frank nos invita y persuade a concebir una historia global, universal, que pueda ofrecer la base historiográfica para una mejor teoría social para aceptar la diversidad en la unidad y celebrar la unidad en la diversidad. Se podrá discrepar sobre estas ideas y argumentos valederos heterodoxas; que de hecho enriquecerían el debate, pero lo que no se puede negar es que había una emergente economía mundial asiática de gran escala antes del “milagro económico” europeo. Al conocer las ideas principales de esta obra de Gunder Frank, me invita a reorientar la mirada histórica y replantear ciertas concepciones que parecían ya establecidas, y para ello es preciso entender que la historia no sólo es oficio de panteoneros, sino, y sobre todo, es un obligación conocerla en su real magnitud por todos y todas quienes de alguna u otra manera generamos y promovemos procesos de cambio social para entender e interpretar nuestra realidad tal cual.



*  Comunicador Social, egresado de la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco-Perú
   Alumno del “Master en Desarrollo y Cooperación Internacional” impartido por HEGOA de la Universidad del País Vasco
   BECARIO DEL MAEC - AECID
[1] Gunder Frank, Andre. “Re-Orientar: La economía Global en la Era del Predominio Asiático” (Traducción de Pablo Sánchez León). España: Universidad de Valencia. 2008, p. 32.
[2] Ibid, pag. 34.
[3] Ferrere, Aldo. “Historia de la Globalización: orígenes del orden económico mundial”. Fondo de Cultura Económica. 1996, p. 399. 
[4] Gunder Frank, Andre. Ensayo “Globalización, no occidentalización” disponible en: http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/libros/unesco/gunder.rtf  
[5] Gunder Frank, Andre. Ensayo “Globalización, no occidentalización” disponible en: http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/libros/unesco/gunder.rtf